domingo, 26 de marzo de 2017

El carácter simbólico de nuestras acciones

En principio
Pareciera que actuamos
En respuesta a cierta necesidad evidente.

Nos consideramos libres
Creemos tomar decisiones
Para resolver el reto del momento.

Plenos de inteligencia
Atamos nuestro pensamiento
A la inminencia de la circunstancia.

Creemos responder naturalmente;
Decimos creer, saturados de duda.
Dogmáticos; encubrimos lo planeado.

Pedimos perdón y seguimos callando.
“Preferiría no hablar de eso”, decimos.
Despojamos de fe nuestros pensamientos.

Despojamos de razón, nuestros sentimientos
Y nos lanzamos a la muerte, hastiados
De la vida. Inconformes con ese amor

Tan diferente a lo que esperábamos.
Vamos dando tumbos por la vida
Tanteando a ciegas, sordos, infalibles.

Finalmente decidimos marcharnos
Decidimos morir aunque sea un poco
Nos aislamos y lamentamos la soledad.

Vemos cómo se asfixia el amor
Tristes. Enfermos. Lloramos.
Nada más hacemos.

Nos lamentamos
Ante la injusticia del mundo
Cerramos la puerta, la ventana.

Y apagamos la luz.


*Este poema también podría titularse “Es que a veces somos bien tontos”.


Bogotá, marzo 26 de 2017 


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