Hoy será nuestro primer día
De sentirnos cansados…
De preferir estar solos que
juntos.
De sentir nuestras tormentas…
y
Aferrarnos, cada cual, a sus
convicciones.
Aun así, no dejaremos de
encontrarnos.
Alcanzaré tu mirada en mi corazón.
Quizás tú me veas en el tuyo,
Tal vez, también sientas
tristeza
Y las lágrimas vuelvan a
rodar
Por tus dulces y hermosas
mejillas.
Pero, también hoy, por
primera vez,
Sentiremos, en medio de
nuestras tormentas,
Que alguien allá, afuera, del
otro lado,
Sabe en su alma, que estamos
aquí.
Y nuestro llanto se tornará
dulce.
Sabremos que nada puede
arrebatarnos
Nuestras amadas tormentas, y
estará bien.
Porque, además, descubriremos
Que hay una nueva manera de
habitarlas.
Una manera extraña, sorprendente,
que
Siempre anhelamos, y
que sí… ¡Existe!
Una manera de habitarlas, una manera de abordarlas....como lo hace el marinero :)
ResponderBorrarCierto, Tiana; también ha de estar la creatividad que en el marinero fortalecen las múltiples variedades de tormentas y demás accidentes naturales de los diversos océanos. Habrá que abrir el corazón a lo que traiga cada nuevo presente. Gracias por recibirme, como dice un amigo.
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