miércoles, 18 de mayo de 2016

No hay nuevo cielo sin nuevas estrellas

Tus ojos se cruzan con los míos
Es la luz; todo amanece.

El péndulo de mi sangre deambula
Sobre la trayectoria laberíntica de tus pasos.

Lágrima se fusiona mi cuerpo y mi corazón 

vibra, como cuero de tambor, en mi garganta.

Respiro un aire dulce y mis palabras
Danzan ligeras en busca de tu oído.

Serás mis versos secretos, mi silencio.
Fantasma invariable de todos mis inicios.

Será mi vida tu escritura, será
La huella de tus manos, de tus labios.


(Este poema está inspirado en el "El hilo rojo" de Diana Jiménez).

Por: Óscar Enrique Alfonso
Mayo 17 de 2016

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