lunes, 30 de mayo de 2016

Crónica de un melancólico

El poeta que no era poeta
Quiso encontrar el amor
Con sus poemas que no eran poemas.

El poeta que no era poeta
Murió de soledad en su barca,
Mar adentro. Su cuerpo jamás fue encontrado.

Muchos versos desordenados, no libres,
Fue lo único que se halló en su cuarto
Oloroso a llanto y vino.

Dicen los que dicen que saben
Que solo eran papeles viejos,
Con escritos tristes y sin ningún valor estético.

El poeta que no era poeta,
Que nunca logró ser poeta,
"¡No ha dejado nada!"


Ni tan siquiera el dinero del arriendo
Dijo el señor X, dueño de la pensión,
Terriblemente indignado.

Por: Óscar Enrique Alfonso
Bogotá, 1989.


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